"La mente y el espíritu del hombre avanzan cuando es probado por el sufrimiento. Cuanto más se arada la tierra, mejor crecerá la semilla, mejor será la cosecha. Así como el arado surca la tierra profundamente, purificándola de malezas y cardos, por lo tanto, el sufrimiento y la tribulación liberan al hombre de los pequeños asuntos de esta vida mundana hasta que llega a un estado de completo desapego". - 'Abdul-Bahá
Parece que vivimos en una sociedad que está profundamente convencida de que si podemos vivir una vida sin preocupaciones y sin estrés, lo estamos haciendo bien. Cada vez más, he empezado a cuestionar esta idea y me pregunto si hay un significado mucho más profundo del sufrimiento y la incomodidad que perderemos si intentamos mantenernos alejados del sufrimiento. No estoy abogando que nos preocupemos, la preocupación se debe al temor que puede llevar a un deseo de control. No estoy diciendo que debamos enfatizar tampoco el estrés; el estrés es un síntoma de un intento de controlar algo que puede no estar bajo nuestra capacidad de controlar. Y, finalmente, definitivamente no estoy diciendo que debamos buscar el sufrimiento o, peor, infligirlo a los demás. Lo que estoy diciendo es que al tratar de evitar el sufrimiento que naturalmente viene con la vida, también podemos estar evitando la oportunidad de amar profundamente.
Entonces, ¿cómo debemos tratar con el sufrimiento?
Cuando se piensa en el sufrimiento, surge la pregunta: ¿cuál es la causa? A menudo la causa es una interacción con alguien o algo. Cuando esta interacción es dolorosa o triste y nos sentimos incómodos, intentamos alejarnos del dolor o del miedo. Nos alejamos no solo porque es incómodo, sino que lo más probable es que no sepamos qué hacer con el dolor o el miedo cuando aparecen, nunca nos han enseñado qué hacer con las emociones que no nos gustan, excepto reprimirlos. Las emociones son energía y, de acuerdo con las leyes de la energía, no puedes destruir la energía, no puedes hacer más de ella, solo puedes transformarla. Entonces, cuando reprimimos la tristeza y el miedo, puede transformarse en sufrimiento.
Debido a que no hemos liberado el dolor y el miedo, se convierte en un sentimiento constante de dolor y el temor de no ser digno de nada bueno. El sufrimiento por sí solo es inútil, pero si puede ser como una herramienta para el crecimiento, solo requiere movimiento para que cumpla su propósito. Cuando se ve como una herramienta para el crecimiento espiritual, el sufrimiento tiene una gran capacidad.
Lo que he aprendido sobre el sufrimiento es que requiere movimiento para que pueda liberar sus poderes espirituales. Este movimiento puede venir en forma de liberar el dolor y los miedos. Puede venir en la renuncia al control, reconociendo cuando uno ha hecho todo lo que puede y luego las cosas que aún estamos sufriendo, libérelas para que una fuerza superior en la naturaleza pueda tomarlas. Este movimiento extiende el espacio dentro de nosotros, espacio que crea más capacidad para que podamos amar. Cuanto mayor es el sufrimiento, mayor es la capacidad construida dentro de nosotros para amar.
Este movimiento de sufrimiento a través de nosotros es una fuerza tal que, cuando se sostiene, le permite a uno liberar todas las creencias falsas que tienen en su interior. El sufrimiento nos obstruye y este encofrado hace que nos liberemos con gran fuerza. El sufrimiento nos dobla y al doblar en dolor hace que eliminemos todas aquellas cosas que sosteníamos dentro que creíamos que son verdad ... ¿y si no soy lo suficientemente bueno? ¿Qué pasa si me falla? ¿Y si nadie me quiere? ¿Y si siempre estaré solo? ... y de esta purga viene la oportunidad, la oportunidad de decirnos la verdad.
Pienso en purgar como en vomitar. Cuando vomitamos nos sentimos muy mal. Nuestro estómago se aprieta fuertemente, nuestra garganta nos duele, nuestra boca saliva con un sabor horrible, y luego lo peor nos sale en pedazos, trozos y jugos, todo sale con un olor horrible. ¡Esto es purgar emociones! Puede ser horrible en el proceso, pero una vez que ha comenzado a vomitar, no puede detenerse repentinamente. Lo mismo ocurre con la purga de emociones: una vez que permites que la presa se libere, no puedes intentar detenerla, debe fluir y dejar salir. ¿Y qué pasa cuando terminamos? Nos sentimos adoloridos, pero mejor. Al igual que después de vomitar, nos sentimos un poco temblorosos y crudos por dentro, ¡pero luego nos sentimos mejor! Poco después de vomitar, queremos algo suave y calmante, y queremos que nos abrazen y nos amen. Lo mismo es cierto después de que hayamos liberado muchas emociones y creencias falsas, queremos ser sostenidos, nutridos y amados profundamente y queremos ser llenos de la verdad.
Y poco después de vomitar, no tiene nada dentro de usted ... y su apetito se abrirá.
¡Así es como el sufrimiento nos abre! Finalmente lo dejamos ir, empujamos y liberamos todo dentro de nosotros y un espacio más amplio se ha abierto dentro de nosotros, listo para ser llenado ... ¡así que debemos estar atentos de que nos llenamos!
Entonces, ¿con qué nos llenamos?
Yo digo amor Amor por nosotros mismos, por el camino de la vida que se nos dio para aprender, amor por los más cercanos a nosotros, por el camino de la vida que se nos dio para aprender, amor por este Ser Divino que cree tanto en nuestra capacidad para movernos y crecer.
In an age of expansiveness, all leads to growth in a symbiotic relationship with learning. Creating a mindset characterized by humility; a constant search for truth the writing on the wall for this laboratory of life. I focus on the world n its story. I highlight divergent thinking in an effort to make more space for diversity of thought. Visit me at http://www.limitlesslearninglab.com/ or https://medium.com/@ymasumac9 or https://www.instagram.com/ymasumacanqui/
Saturday, January 12, 2019
Tuesday, January 1, 2019
And What if Suffering Leads to Love?
"The mind and spirit of man advance when he is tried by suffering. The more the ground is ploughed the better the seed will grow, the better the harvest will be. Just as the plough furrows the earth deeply, purifying it of weeds and thistles, so suffering and tribulation free man from the petty affairs of this worldly life until he arrives at a state of complete detachment." - 'Abdul-Bahá
It seems we live in a society that is deeply convinced that if we can just live a worry-free, stress-free life we are doing it right. Increasingly I have begun to question this idea and wonder if there is a much deeper significance to suffering and discomfort that we will lose if we try and stay away from suffering. I am not advocating that we worry, worry stems from fear that can lead to a desire to control. I am not saying that we should stress either, stress is a symptom of an attempt to control something that may not be under our ability to control. And finally, I am definitely not saying we should seek suffering or worse, inflict it on others. What I am saying, is that in trying to avoid the suffering that naturally comes with life, we may also be avoiding an opportunity to love deeply.
So then how should we deal with suffering?
Because we have not released the pain and fear, it becomes a constant feeling of pain and a fear of being undeserving of anything good. Suffering by itself is useless as a tool for growth, it requires movement in order for it serve its purpose. When seen as a tool for spiritual growth, suffering has great capacity.
What I have learned about suffering is that it requires movement in order for it to release its spiritual powers. This movement can come in the form of releasing pain and fears. It can come in the relinquishment of control, recognizing when one has done all they can and then those things that we are still suffering over, release them so that a higher force in nature can take hold of them. This movement stretches out space within us, space that creates more capacity for us to love. The bigger the suffering, the greater the capacity built within us to love.
This movement of suffering through us is such a force that when sustained, allows one to release all the false beliefs they held within. Suffering shutters us and this shuttering causes us to release with great force. Suffering doubles us over and this doubling over causes us to purge out all those things we held within that we thought were true...what if I'm not good enough? what if I failed? what if nobody wants me? what if I'll always be alone?...and from this purging comes opportunity, opportunity to tell ourselves the truth.
I think of purging like throwing up. When throwing up we feel awful. Our stomach wretches, our throat aches, our mouth salivates a horrible taste, and then the worst stuff comes out of us in bits and pieces, chunks and juices, all of it comes out and with a horrible smell. This is purging emotions! It can be awful in the process, but once you have begun throwing up, you cannot suddenly stop. Same with purging of emotions - once you allow the dam to release, you cannot try and stop it, it must flow and be allowed out. And what happens when we are done? We feel sore, but better. Just like after throwing up - we feel a little shaky and raw inside for a bit, but then we feel better! Soon after throwing up we want something gentle and soothing and we want to be held and loved. The same is true after we have released a great deal of emotions and false beliefs, we want to be held and nurtured and loved deeply and we want to be filled with the truth.
This is how suffering opens us up! We finally let go, we contract and release everything within us and a wider space has opened up inside of us, ready to be filled...so we must be mindful of what we fill it with!
So what do we fill ourselves with?
I say love. Love for ourselves, for the life walk we were given to learn from, love for those closest to us, for the life walk they were given to learn from, love for this Divine Being that believes so much in our capacity to move through this life and all of its tests and difficulties and still land in love.
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